lunes, 14 de julio de 2008

De traiciones, mujeres y cigarros

El joven Gabriel se desprendía de su cigarrillo mientras recordaba a su lejana y amada Marcela. Su recuerdo se esfumaba como el humo que de su boca exhalaba lentamente. No había tiempo para el perdón. No, luego de conocer toda la traición acaecida hace un instante.

Hace quizá media hora este hábil estudiante salía de su universidad. Eran las cinco y media de la tarde, y se encontraría pronto con su novia. Marcela, entretanto, ya lo esperaba ansiosamente en el bar de al frente. Gabo caminó aperezado y cruzó distraído la calle; quizá pensaba en lo tanto que la adoraba cuando el carro pitó fuertemente y de un salto el joven universitario llegó hasta la acera. Marcela sonreía mientras lo miraba con expresión calmada, quizá un tanto fingida, pero pensaba que él era lo suficientemente tonto para que llegara a imaginarse las noches en las que ella gemía placenteramente en los moteles de la ciudad con algunos vecinos de su barrio. Menos mal, no se equivocaba. Gabo pensaba que ella le era tan fiel como él al tinto de las ocho de la mañana, al aguardiente de las dos de la tarde y al cigarrillo de las seis.

Minutos más tarde, discutían alegremente sobre los asuntos universitarios, política, acerca de sus familias e incluso sus más íntimos relatos. Afortunadamente Marcela era más avispada que él, ya que realmente no estaba enamorada de él, recurriendo a la mentira, ya que Gabriel tenía ciertas fincas ganaderas de su padre a nombre propio, y ella deseaba casarse algún día con él para hacerse con unas cuantas de estas.

Repentinamente llegó Santiago, uno de esos "vecinos" de Marcela. Gabriel lo reconoció -era el panadero del barrio de su novia- y le levantó la mano en gesto salutativo, pero no hubo respuesta del recién llegado; en lugar de ello intentó besar con la mayor confianza a la mujer ya mencionada.

Ella gritó "¡No!" mientras intentaba infructuosamente apartarse. El sujeto sacó un revólver y se lo puso en la sien, a la vez que le decía con tono de burla "¿Con que me engañás con este pelagato? ¿Con un universitario? ¿Con un 'nerd'? Definitivamente sos como brutica, pero como sos tan mamacita y tenés unas tetas muy ricas, te la perdono por esta vez; pero descuidate y te pongo siliconas de plomo". Enseguida se dirigió a Gabriel, y le dijo "a esta mujer, a mi mujer, no la vuelva a tocar, porque lo termino invitando a su propio funeral".

Cobarde e inteligente, Gabo huyó, cruzando la calle como una gacela. Lo único que le importaba en ese instante era su vida. Pero al cruzar la calle, miró su reloj: "¡Ah! Las seis...", y con la misma fidelidad que mantuvo hasta hace un minuto su relación, sacó su cigarrillo y lo encendió, mientras murmuraba "Mi más fiel compañero ha sido el cigarro, lástima que la relación sea tan compulsiva que muera consumido completamente; menos mal son como veinte romances a tres mil pesos". Así, con la esperanza de no perder su humor ni su inspiración, caminaba a la búsqueda de un futuro incierto como el cáncer que día a día entre sus pulmones crecía. Sabía que pronto moriría de amor. De amor al cigarrillo.

2 comentarios:

Sebastián dijo...

Excelente.... Qué más decir??? Excelente Excelente, sobre todo al ver la manera metafórica como aludes a ciertos elementos, como se les asigna valores más subjetivos y como se relata de una manera alegórica "el amor", amor que manifestamos hacia muchas cosas. Excelente, tiene para mí un tinte un tanto jocoso a la vez de lo "semi-trágico" de la historia.

Sebastián dijo...

me gustó mucho esta parte

" "Mi más fiel compañero ha sido el cigarro, lástima que la relación sea tan compulsiva que muera consumido completamente; menos mal son como veinte romances a tres mil pesos". Así, con la esperanza de no perder su humor ni su inspiración, caminaba a la búsqueda de un futuro incierto como el cáncer que día a día entre sus pulmones crecía. Sabía que pronto moriría de amor. De amor al cigarrillo".

"menos mal son como veinte romances a tres mil pesos", jajajajajajaja, Excelente, qué más decir???? Colosal mijo, lo felicito como siempre, siga así, escriba más hombre, bien inspiradito.