sábado, 27 de septiembre de 2008

Venéreo meramente

- Qué pienso de qué ? -
Fue la respuesta que disparé inmediatamente a una pregunta que me parecía absurda al saber que sólo estábamos dedicados a "pasar el rato". Así lo había dispuesto ella, y luego de una relación de casi un año, habíamos resultado convirtiéndonos en amantes. Ella se iba a casar y yo seguiría soltero, solitario y quizá lamentándome por mucho rato de la situación por la que estaba pasando. Con rabia disimulada por una frialdad y calma aparentes que denotaban cierta "desatención" en torno a todo, le había respondido a una pregunta estúpida tras un furor meramente venéreo.
- Pues, de esto, de lo que acaba de pasar, de lo que está pasando, cómo te sentís? -
Con cierta molestia me replicó y disparó una pregunta más específica a la anterior, como para evitar mis respuestas tajantes. Yo ya estaba preparado para ese tipo de cosas, o, mejor dicho, ni lo estaba, pero quería responder acorde a como me sentía. Y cómo me sentía? Aburrido, simplemente satisfecho de darle placer a la carne, pero vacío en el ser, y ello me hacía sentir melancólico y derrotado, más al saber que la mujer que había amado por un largo tiempo se casaría y yo era nada más un amante, el cual quizá sería olvidado en poco tiempo.
- No pienso nada... no tengo nada qué pensar -
Fue mi respuesta, y ya me comenzaba a sentir fastidiado, por tal razón me levanté intempestivamente y me senté en la cama, presto a ducharme antes de abandonar las cuatro paredes de la anonimidad, donde nadie nos conocía y podíamos estar juntos, olvidando la realidad de ambos, la que había fuera de allí. Lamentablemente, ella pensaba así, yo no, para ese entonces yo ya me sentía igual dentro o fuera.
- Pero cómo así, es que no lo disfrutaste, es qué.... -
- Usted simplemente limítese a pensar que aquí lo único que pasó fue sexo, sexo y nada más que sexo, que yo no tengo que pensar en nada más con usted ni responderle ese tipo de preguntas tan pendejas -
No la había acabado de dejar hablar, mientras la miré a los ojos con notable virulencia y tomé su mentón con cierta agresividad para pronunciarle esas palabras y luego soltarla bruscamente para dirigirme por fin a la ducha.
- Mejor vístase, porque yo ya me voy, o usted verá si se queda aquí -
No sé si le haya gustado mi respuesta y mi actitud, pero no me importa. Sólo sé que me duché, en cinco minutos ella hizo lo propio y luego salimos, para dispersarnos entre la multitud del centro, cada uno dirigiéndose hacia su respectivo terruño. Lo único aquí que medio me interesa es ese placer sexual, sobre todo los días que estoy con más ganas de sexo. Ella sería sólo un canal que permite satisfacer mis ansias. No es mi culpa, al final las circunstancias dispusieron esta actualidad.

No hay comentarios: