viernes, 9 de mayo de 2008

Estrategia mortal

"Apenas si podía acariciar mis cabellos el tímido viento, refrescándome lo poco que me quedaba de mi pasado, aquel tan incierto momento en que recibí el no definitivo, cuando me dijiste que querías darte un tiempo... y ahora, cuando tu amor ya no me apasiona, recreo firmemente en mi mente aquellos ojos que me alienaban, tan tristes y brillantes; aquellos encantadores labios que con verlos me enloquecían... lejanos recuerdos, que ahora no mereciendo ni el más noble de mis sentimientos, me incitan a volver hacia aquel pasado que ahora tanto temo..."

Sus meditaciones fueron interrumpidas sin que él lo supiese. Sólo pudo avistar un chispazo que le cegó toda la vista y sentir un ruido tan fuerte como jamás lo hubiese imaginado. Su cuerpo cayó lentamente, ya inerte, horadado de sien a sien, mientras que su ex-esposa desenvolvía los paños que protegían la aún caliente lupara y se disponía a dejar en las manos de su difunto marido el arma criminal. Todo parecía un suicidio. Pero a ella no le importaba. Lanzó un alarido al cielo: "Nooooo!!!" mientras todo se nublaba. Ahora balbuceaba incoherencias mezcladas con tos y sangre. El veneno haría efecto, y la policía habría perdido una vez más su valioso tiempo. Ya su trabajo estaba hecho, había causado la distracción necesaria para que los asaltantes pudieran robar el banco. Si todo se hacía coordinadamente, los Policías la darían por muerta y su amante luego le daría el antídoto que la despertaba.

Pero no contaba con que su recién conocido amante estaba en un motel, esperando a que su favorita llegara a su cita romántica...

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