jueves, 8 de mayo de 2008

Hago un leve ensayo para ir afinando la habilidad escritora

Caminando en medio de la fresca y agonizante tarde, Fernando caminaba pensante. Últimamente había perdido mucho dinero en su incipiente negocio. Quizá fuera un buen vendedor, incluso un buen negociante, pero no era un buen administrador. Absusaba un poco de su negocio, pretendiendo vivur lujosamente de su nueva mina de oro. Para él, la venta de computadores era el necogio del futuro. Pero fue muy mal estratega. Pudo haber vendido su negocio a un precio razonable y dedicarse a algún otro, como se lo aconsejaba su amigo Gabriel, presidente de una prestigiosa compañía de seguros. Fernando no previó que cientos de personas pensaban, como el, que los computadores eran una mina de oro. Pero no. Ahora tendría que vender su negocio por unos pocos pesos, apenas lo suficiente para recuperar su inversión inicial.

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